Todos hemos tenido sustos con las puertas, sobre todo jugando o en momentos de enfado o descontrol. Es entendible que somos personas y como tal no podemos estar alerta las 24 horas del día, pero sí podemos prevenir algunos accidentes con un poco de atención.

Cerrar las puertas de golpe jugando al «pilla pilla» o para encerrarse tras una discusión, puede traer consigo el pillar con la puerta a uno de nuestros seres queridos. Aparte de que las puertas se pueden estropear con golpes bruscos, cuanto más seguro y fuerte sea la puerta mayor daño se puede hacer a otra persona al pillarla.

Especialmente cuando sintamos que tenemos a alguien cerca, evitemos ese feo gesto de cerrar las puertas de manera fuerte. Los niños luego imitan lo que hacen los mayores, y jugando entre ellos con sus hermanos, primos o amigos, puede ser que no midan la fuerza y acaben lastimando a otro ¡Demos ejemplo!