Los juegos de llaves de los hogares varían en número en función de criterios personales, y sobre todo, del número de personas que conviven en la vivienda. Lo más habitual es que cada adulto de la casa tenga un juego de llaves, y los hijos variará en función de lo responsables que sean, la edad que tengan y necesidades de entrar y salir de la casa sin que haya nadie dentro por trabajo  demás.

Nuestra recomendación es que como mínimo haya dos juegos de llaves. Aunque sea uno para el hogar y otro en casa de familiares o amigos que viven cerca para emergencias. Tampoco es bueno repartir llaves a diestro y siniestro porque nunca se sabe si pueden entrar a robar a otras casas o la relación que se puede tener en el futuro.

Como máximo hay que entregar otro juego de llaves a una sola persona o dos, de fuera de la casa. Los criterios para entregar llaves a los hijos más que de la edad que tengan depende mucho de sus capacidades y responsabilidad, pero en términos generales no suele haber problema. Sobre todo a partir de los 14 años. En caso de pérdida de llaves, lo mejor es cambiar la cerradura para no asumir riesgos innecesarios.